Desde su fundación en 1.914 por Eugéne Meylan, Glycine ha permanecido continuamente produciendo relojes en su fábrica de Bienne, en Suiza.
A pesar de que la gran depresión de los años 30 y el principio de la Segunda Guerra Mundial que supusieron un gran retroceso para la empresa, Glycine consiguió mantener su producción, y en 1.938 la compañía fué una entre 29 de los pocos exponentes que tomaron parte en la Feria de Basilea, la exhibición de relojes más importante del mundo.
Desde ese momento, Glycine no ha dejado nunca de participar en esta feria.
Glycine sacó su primera serie de cronómetros en 1.934.
Estos relojes pasaron las exigentes pruebas de calidad COSC, y así, la marca obtuvo un certificado por sus excelentes resultados de cronometraje.
Tras la guerra, Glycine se encontraba entre los primeros en la producción de relojes automáticos, y en 1.948 lanzó una serie de relojes automáticos haciendo uso de las tecnologías más avanzadas.
En 1.952 Glycine presentó sus famosos cronómetros Vacuum al mercado mundial.
A estos relojes se les conoció por su increíble resistencia al agua y a los golpes, y fueron diseñados para una larga duración en condiciones extremas, superando con creces todas las expectativas.
En 1.953 presentaron la línea Airman.
Estos integraban un movimiento de 24 husos horarios diseñado para pilotos y para la floreciente "jet set".
Ahora, la hora mundial ya estaba al alcance de la muñeca.
A principios de los años 70, la industria relojera suiza se vio perjudicada por la invasión del movimiento de cuarzo.
Suiza tardó bastante en incorporar mecanismos de cuarzo de calidad, lo cual le costó a la empresa billones de francos y alrededor de 60.000 puestos de trabajo.
Glycine se vio fuertemente afectada por estos lances económicos pero consiguió sobrevivir.
En 1.979 se creó una nueva colección de relojes de cuarzo y una red de agencias internacional volvió a la vida.
Se crearon nuevas familias de relojes especializados, como los modelos Tjalk para trabajos pesados en Holanda y Bélgica, modelos especiales resistentes al agua con cristal zafiro resistente al rayado para el mercado del norte de Europa, y la línea Amaranth de relojes extra-planos, muy elegantes, para los joyeros de Italia y los Estados Unidos.
El primer reloj de cuarzo Airman apareció en 1.989.
Cuando salieron los relojes mecánicos entre las décadas de los 80 y los 90, Glycine estaba convenientemente preparada, pues nunca dejó a un lado su línea de relojes mecánicos. Junto con el desarrollo de la línea Goldshield.
Relojes chapados en oro de 40 M de alto grado, los modelos mecánicos de Glycine significaron un cambio radical en varios mercados en los que los consumidores buscaban relojes con un perfil claro y de alta calidad.
En 1.996, el primer reloj automático de Glycine de gran tamaño estaba en fase de diseño con una caja de 40 mm. de acero chorreado, presentado con esferas en gris, azul o negro e índices luminiscentes, para aficionados a los relojes mecánicos.
Tanto el reloj automático de 40 mm. como el de carga manual Incursore salieron a la venta en 1.997.
La respuesta del público superó las expectativas, pues los relojes de gran tamaño tuvieron una gran demanda en mercados creadores de tendencias, como el de Italia o Estados Unidos.
El esperado renacimiento del modelo rey de Glycine de los 50 y 60, el Airman, desembocó más tarde en el Airman mecánico 2000, basado en un movimiento automático Eta 2893-2 con tres husos horarios, único en la clase de relojes de 24 husos.
Los modelos más vendidos actualmente son los Airman, el Incursore y el KMU 48. El Airman, que apareció en 1.953 por primera vez, fué el primer reloj especialmente pensado para pilotos de esta marca.
Con el paso del tiempo, su popularidad ha permanecido gracias a su contrastada calidad y elegancia.
El Incursore, en inglés Intruder, presenta una caja de acero inoxidable de 44 mm, y un movimiento de carga manual Unitas 6497, y su nombre procede de los nadadores de combate italianos y de las parejas de buceadores de la Segunda Guerra Mundial.
Sus entrenamientos en el agua eran extremadamente largos y exigentes, pues debían trabajar en agua helada durante horas e incluso días.
Esta reducida élite actuaba en puertos alrededor de barcos enemigos, causando más daños de los que se esperarían en proporción al grupo que formaban.
El Kmu 48 es una réplica de la famosa serie de relojes militares, adaptada a las nuevas tecnologías y el estilo actual.
Este llamativo modelo incorpora el movimiento de tres manecillas Unitas 6497 y fondo transparente, y ha salido al mercado con la esfera Kmu 48 negra y un movimiento decorado Côtes de Genève.
El Kmu 48 está disponible con una correa de piel o con un brazalete de acero macizo.
Durante la segunda mitad de 1.999, Glycine lanzó su primer cronógrafo mecánico con el nombre de Stratoforte, el cual incorporaba un movimiento mecánico Valjoux 7750 y una caja rugosa de acero de 10 Atm y de 46 mm.
El final del año 2.000 presenció la salida al mercado de dos cronógrafos excepcionales: uno con forma de barrilete bajo el nombre de Altus, y otro con el nombre de Le Grand Carre, reloj cuadrado realmente grande.
Ambos relojes incorporan caja de acero resistente al rayado de 3 Atm y cristal zafiro abombado.
Actualmente, la red de agencias de Glycine extendidas por todo el mundo continúa creciendo a gran velocidad, permitiendo que la compañía aumente su producción sin descuidar los parámetros de calidad.
El servicio post-venta, pujante y de confianza, continúa siendo uno de los factores más importantes del crecimiento de esta empresa.
Un criterio de relevancia en la filosofía de Glycine es la relación calidad-precio.
Este principio básico, unido a la preocupación por crear productos robustos pero clásicos y elegantes al mismo tiempo, han hecho de Glycine un nombre de referencia en la relojería actual.
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