Relojes Chopard es una compañía suiza que produce relojes, joyas y accesorios de lujo.
Fué fundada por Louis-Ulysse Chopard en Ginebra en 1.860.
Inicialmente, Chopard se dedicó a desarrollar precisos relojes de bolsillo y cronómetros.
Chopard manufactura muchos de sus relojes en vez de utilizar piezas modificadas de otras empresas.
Chopard, que tiene algunas de sus instalaciones en la ciudad de Fleurier, es una de las cuatro marcas que participan en la Fleurier Quality Foundation junto a Bovet, Parmigiani y Vaucher, la cuál certifica la calidad de los relojes que allí se producen.
El estándar de calidad «Qualité Fleurier» compite con el sello «Genève», el cual garantiza la calidad de los relojes manufacturados en Ginebra.
Con más de 150 años apostando por la industria de los accesorios de lujo, la alta relojería y la joyería, Chopard mantiene a lo largo del tiempo el mismo espíritu innovador.
Basado en las técnicas artesanales y las más vanguardistas, su ímpetu, su búsqueda constante por la excelencia y la innovación le ha permitido a esta marca suiza mantenerse como una de las favoritas.
Desde su fundación, por Louis-Ulysse Chopard (en 1.860), se convirtió en un referente importante en el ámbito de los relojes de precisión.
Posteriormente, aunque la empresa decayó, Karl Scheufele, el nuevo dueño, y su familia repotenciaron la marca con éxito.
Desde los primeros modelos de ‘Happy Diamonds’ hasta las últimas creaciones de alta joyería, pasando por los ultra-sofisticados relojes ‘L.U.C’, Chopard representa el espíritu del talento y la experiencia al máximo.
Con más de 12 filiales situadas en Alemania, Austria, España, Francia, Reino Unido, Italia, Estados Unidos, Latinoamérica, Asia, Japón, Hong Kong y Malasia; con presencia en 124 países; y con una producción de 75 000 relojes al año (la misma cantidad que en joyas); Chopard se ha ido reinventando con sus creaciones de infarto.
‘Happy Sport’ (el preferido de Caroline Gruosi-Scheufele), por ejemplo, es el emblema de su época que destacando por la unión del acero con diamantes permanece como uno de los éxitos en la historia de la industria relojera.
Sus numerosas variantes han hecho de este un clásico contemporáneo para mujeres con personalidad. ‘Impériale’, por su parte, revive los fastos del Imperio Francés, con las formas imponentes de los ultra-sofisticados relojes, que están engastados con cabujones en ambos lados cual columnas de la época napoleónica. Interpretando la película epónima de Fellini,
‘La Strada’ se lanza con un juego de joyas y relojes, que evocan los años 50.
Acentuando el estilo de Chopard, ‘Ice Cube’ se lanzó como un cubo de oro blanco, engastado con 76 diamantes de talla cuadrada, sobre un fondo también engastado.
Como un emblema de la casa de este diseño se han creado más de 50 versiones y más de 300 versiones de joyas.
Con ‘Golden Diamonds’ se da la bienvenida a una nueva piedra de oro, en todos sus colores, que adopta las tallas tradicionales del diamante.
Acentuando los espíritus enérgicos, ‘Happy Spirit’, un diamante móvil, rodeado de círculos con movimientos imprevisibles (que evocan los rebotes de las piedras en el agua), es el protagonista.
Para la máxima elegancia, ‘Two O Ten’ fué llevado por Anna Netrebko, embajadora de la casa desde el 2.007, realzando su aire distinguidamente dinámico.
Y es que para marcar la diferencia, nada mejor que un reloj-joya de Chopard.
Ahí, ‘Chopardissimo’ se configura en el ejemplar más caro del mundo, con 874 diamantes para un total de 163 quilates y con 2.000 horas de trabajo.
Si de la alta joyería y originalidad se trata los modelos ‘Casmir’, ‘La Vie en Rose’, ‘Pushkin’, ‘Copacabana’ y ‘709 Madison’ destacan en tamaño y sofisticación en el diseño.
El primero, creado en 1.990, evoca el esplendor de Cachemira, en las faldas del Himalaya, y revive la tendencia de los capuchones.
El segundo, revive el uso de los extraordinarios diamantes rosa para adornar los relojes.
El tercero, creado en 1.999, combina el oro, las perlas, las piedras preciosas y los diamantes con mucha originalidad.
El cuarto, creado en el 2.005, es una serie vigorosa y tornasolada homenajeando el resplandor de la luz sobre la piel brillante.
El quinto, creado en el 2.007, ofrece una particular y deslumbrante visión de la ciudad que nunca duerme.
Ahí, donde los brillos recuerdan el esplendor de una marca que se aliena con los grandes.
Chopard ha participado por varios años consecutivos en el festival de Cannes, con innumerables y excepcionales piezas únicas donde la alta joyería se impregna por doquier.
‘Red Carpet’, por ejemplo, exalta los diamantes, rubíes, zafiros y esmeraldas, así como el cuarzo, el coral, la piedra de luna, calcedonias u ópalos, donde las formas y los colores realzan cada ejemplar que se convierte en auténtica joya.
No en vano sus creaciones son las predilectas por las estrellas.
Cate Blanchett, Penélope Cruz, Charlize Theron, Angelina Jolie, Sharon Stone, Elizabeth Taylor, Elton John, Madonna, entre otros, son algunas de las celebridades con corazón Chopard.
Pero no solo causa sensación en los acontecimientos más prestigiosos del séptimo arte, sino también rediseñó la Palma de Oro y el premio de la Cámara de Oro, también es el cronometrador oficial del Grand Prix de Monaco Historique y un activo participante para ayudar en causas nobles.
Así, Chopard hace de la relojería y las joyas todo un arte delicadamente transformador. Y es que no solo ha concebido y producido 5 calibres (L.U.C 1.96; L.U.C 1.98, Quattro con cuatro barriletes; el calibre L.U.C 1.02, tourbillon; L.U.C 3.97, Tonneau; y el cronógrafo L.U.C 11 CF), sino que ha optimizado varios modelos que hoy continúan transmitiendo su fuerza creativa y particular, uniendo la tradición, la técnica y la innovación.
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